+ No, I cannot forgive you yet

“Yo hubiese necesitado una amiga así cuando estaba como él... o más bien, necesitaba ser como él para que alguien me escuche” 

Siempre tuve ese dilema… el de resolver absolutamente todos los problemas por mi mísma. Y no porque así era más fácil para mí solucionarlos, si no por el simple hecho de creer que los demás no serían capaces de ponerse en mi lugar, de sentir lo que yo sentía, de ser quien yo era. Me hubiese ayudado tanto, en ciertas ocasiones , el poder hablar con alguien que estuviese dispuesto a escucharme. Pero no, ni lo pensaba. Ni lo pienso, ni lo pensaré. Todas las veces que trato de “aconsejar” a alguien me cuestiono lo mismo, una y otra vez. Puedo ayudar, pero no ser ayudada ¿en qué lógica cabe eso? Cada vez que le cuento mis problemas a alguien, más de la mitad de ellos ya los solucioné. Pero lo que ese “alguien” no sabe, es todo lo que me costó pasar por ello, todo lo que me dolió… todo lo que me cambió. ¿Sería otra persona si las cosas las hubiese dicho en el momento adecuado? Algunas cosas siguen sin aclararse en mi vida… muchas páginas quedaron sin terminar de escribir, no se dieron vuelta… no hubo nunca un borrón y cuenta nueva. No hubo nunca un “lo superé” certero. Y me  atormenta tanto eso, me aterra. ¿Hasta cuando voy a estar así? Fuerte por fuera, débil por dentro.