+ I'm sixteen.

Va cantando por la calle. En realidad, tarareando mientras camina. Y mirando las copas de los árboles de la plaza, de color verde nuevo, altas, en las que puede sentirse el viento de la primavera cada vez más cercana, más perturbadora, menos pudorosa. Entre los brotes, el cielo se ve azul, de un azul especial. A sus 8 años ella soñaba con un vestido de ese color, y estaba secretamente convencida de que si usaba un vestido así, sus ojos se volverían azules. Pero sus 8 años han quedado lejos y sus ojos siguen siendo verdes. Ella pasaba por la vereda de enfrente de la plaza casi todas las tardes. 

Algunas veces cruza la plaza. Tarareando. Distraída y sola.Le pasan cosas tristes, pero igual tararea. Le pasan cosas alegres, y tararea. Cuando le pasan cosas tristes, la música de su voz se convierte en una especie de llanto ahogado en su garganta. Cuando le pasan cosas alegres, la música de su voz se transmite y contagia a todo el que la escuche.

Esta tarde se sentó en un banco y se puso a pensar en su vida. Nada extraordinaria. En su vida hubo un abuelo que murió cuando ella era muy pequeña, y un retrato de él y su tío guardado en el corazón. Hay naranjas listas para exprimir en la heladera. Hay amigos que la llaman por teléfono y quedan en verse “uno de estos días”. Hay papeles, en su cuaderno , garabateados con frases, con cuentos, con reflexiones, con apuntes sobre temas que se promete desarrollar. Hay una lista de cosas que tiene que hacer… muchas personas a las que escuchar, muchas preguntas sin respuestas y muchas respuestas para preguntas que jamás han sido formuladas. Y hay cicatrices de heridas que estuvieron abiertas por mucho tiempo. Y hay decepciones que le dejaron una marca invisible, pero presente. Pero por sobre todas las cosas, hay una infancia hermosa. Y una niña interior que nunca dejó morir.

Porque aún, cumpliendo 16 años, ella nunca dejó de luchar por sus sueños. Quizás no haya conseguido ese vestido que quería, pero sabe que consiguió otras cosas que siempre quiso tener. Una familia que la protege y cuida , amigas que valen la pena llamarlas como tales, recuerdos imborrables… y así como tiene eso que cualquiera quisiese tener, aspira a más. Y sabe que algún día lo conseguirá por mérito propio. Porque quiere ser feliz y disfrutar de cada día. Porque no quieren que la vean sin su sonrisa. Quiere que la vean tarareando, y que se pregunten por qué está así. Para poder decir ella : Esa… esa la que va cantando soy yo.









Bueno, es mi cumpleaños así que no estaré en el blog durante el día de hoy. Pero prometo pasarme por los suyos en cuanto pueda :)